Si te encuentras un árbol que está creciendo en un espacio donde sabes que no podrá vivir mucho tiempo pues próximamente se harán obras, o ha crecido en medio de un camino o por otras causas, puedes salvarlo siguiendo estos pasos:
1- Reduciremos drásticamente su copa, el 50%.
2- Dejaremos pasar 15 días aproximadamente para que las heridas de la poda cicatricen.
3- A continuación eliminaremos todas sus hojas y lo arrancaremos con su cepellón de tierra conservando el máximo de sus raíces.
4- Para trasportarlo embalaremos el cepellón de tierra con tela metálica (tela de gallinero), practicando una bolsa bien comprimida para que no se desmorone el cepellón.
5- Una vez en casa, lo plantaremos en una maceta con un sustrato y abono de buena calidad y le administraremos un buen riego.
6- Durante dos o tres meses lo mantendremos en esta maceta situándolo en un espacio protegido del viento, del sol y del frío y durante este tiempo mantendremos el sustrato húmedo.
7- Cuando el árbol empiece a retoñar y empiece a coger fuerza lo podremos trasplantar en un jardín allá donde vivirá para siempre. Si no lo queremos plantar en un jardín y lo queremos conservar en una maceta, situaremos la maceta en la exposición que necesite el árbol y le administraremos con el tiempo la maceta más grande posible.
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