Como en verano las plantas piden mucho riego, evitaremos aquellas tareas de jardinería que hacen aumentar la demanda de agua como:
– Las podas drásticas, los numerosos brotes nuevos son grandes consumidores de agua. Hacer únicamente podas de aquellas plantas que ya han florecido.
– No hacer trasplantes. En caso de hacer trasplantes hacerlo mejor en otoño ya que en este momento la planta necesitará más agua que nunca para poder arraigar y la podremos aprovechar de las lluvias del otoño y el invierno. Así la planta no se deshidratará nunca y estará arraigada cuando lleguen los calores de verano.
– Con los continuos riegos que se practican en verano, la planta pierde gran parte de nutrientes de la tierra, así pues la planta quizás le falta más alimentación que nunca. Se aconseja los abonos de lenta liberación que no se pierden con los continuos riegos.
– Como el verano es la estación peor para las plantas, evitaremos que pierdan energías conservando tallos secos, hojas amarillas y secas y flores marchitas, practicaremos pues unas podas de limpieza.
– Eliminaremos especialmente en esta estación las malas hierbas, grandes consumidoras de agua y abonos.
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