– Sería ideal utilizar agua de lluvia y dejarla reposar para después utilizarla. En caso de no disponer de dicha agua y utilizar agua del grifo es indispensable dejarla evaporar 48 horas para que pierda el cloro, antes de disponer los animales y/o plantas.
– Una vez llene de agua el estanque o el recipiente, hágalo con un chorro suave para no alterar la capa de grava, el sustrato ni las plantas.
– Sea un estanque o recipiente pequeño se aconseja que no esté expuesto a pleno sol, pues el agua demasiado caldeada ayuda a la proliferación de algas. El problema de las algas disminuirá cuando las plantas acuáticas sean adultas y dispongamos de plantas oxigenadoras. Si no disponemos de sombra externa, podemos proporcionarle sombra a la superficie del estanque con alguna planta acuática, como por ejemplo la lenteja de agua común (Lemna minor). Hierba minúscula, redonda y flotante con una gran capacidad de multiplicación, vive perfectamente en aguas mansas y tranquilas. Una vez ha tapizado toda la superficie del agua y nos ha proporcionado la sombra deseada y las plantas acuáticas ya han crecido lo suficiente, la lenteja de agua se puede retirar. Otra forma para evitar las algas, consiste en tomar un par de puñados grandes de paja y atarlos con un cordel formando dos manojos. Se colocan con un lastre en el fondo del estanque y al degradarse la paja produce una acción antialgas.
– La presencia de surtidores, brolladores, chorros de agua, oxigenadores…. son necesarios para que el agua circule y se oxigene y consecuentemente no se ensucie. La disposición de estos elementos ayuda considerablemente a la vida de las plantas y animales, evitando los problemas que genera el estancamiento, las algas etc. No hace falta que el chorro tenga una corriente importante, con un mínimo de movimiento es suficiente, especialmente si el recipiente contiene poca agua. El grado de corriente determinará la elección de las plantas pues, los nenúfares, por ejemplo, prefieren aguas tranquilas y con un pequeño surtidor o chorro de burbujas les basta. Son de gran ayuda el uso de plantas oxigenadoras en estanques, pues son quienes mantienen el de plantas oxigenadoras para el equilibrio biológico del ecosistema acuático. Producen oxigeno en grandes cantidades, de esta manera controlan el crecimiento de las algas. Sirven de refugio a los peces habitantes del estanque y sus raíces se desarrollan en el limo del fondo. Son ejemplo: Cabomba Caroliniana (Cola de zorro), Ceratophyllum demersum (Ortiga de agua), Myriophillum Aquaticum (Mil hojas, helechito de agua, etc), Egeria Densa, Vallisneria.
Si no se oxigena el agua con movimiento, deberemos renovarla regularmente.