Después de precipitaciones intensas, es ideal trabajar la tierra pues está de sazón. Debemos aprovechar las lluvias y hacer lo siguiente:
– Cavar la tierra con profundidad, prácticamente no harás esfuerzo físico, la tierra se dejará trabajar fácilmente.
– Abonado de fondo: estiércol, substratos, compost.
– Vigilar ataque de caracoles y babosas y insectos del suelo
– Airear céspedes profundamente de forma manual o mecánicamente. Si es necesario añadir sustrato arenoso.
– Plantar y trasplantar plantas de otoño, bulbosas, resembrar céspedes… Con la tierra de sazón la plantación no te fallará y todo el proceso será más fácil.