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El rábano

Se trata de una de las hortalizas más fáciles y rápidas a cultivar.

Necesitan la tierra muy esponjosa y un espacio bien soleado

Se esparcen las semillas como si saláramos la tierra y pasados tres días, volvemos a fresar la tierra, así matamos la mala hierba. Con este truco el rábano crece antes que las malas hierbas. El rábano se expande y ya no hay espacio para las malas hierbas.

En un clima cálido o litoral mediterráneo se puede cultivar durante todo el año.

Se pueden combinar con otras hortalizas de crecimiento más lento. Los rábanos se recolectan antes de que el otro cultivo exija todo el espacio para su desarrollo.

Efectuar siembras escalonadas.

No necesitan muchos cuidados después de siembra.

Cuando la tierra está húmeda es cuando se recolectan antes.

Los caracoles y babosas pueden producir daños considerables a los rábanos en cambio los conejos los detestan pues sus hojas son un poco amargas.

El rábano es digestivo, diurético y depurativo. Disponen de propiedades antibióticas, antivíricas e inmunoestimulantes debido a los compuestos orgánicos azufrados que contienen y que son responsables de su sabor picante.

Propiedades medicinales: antibiótico natural, anticancerígeno, depurativo, diurético, digestivo, antioxidante y con un bajo aporte de calorías

Es comestible en su totalidad. Sus hojas son también comestibles.

Al pelarlo se elimina el picor. Los aceites esenciales se encuentran debajo la piel del rábano, por lo que al pelarlo se elimina la sensación de picor. Si se consume con piel hay que limpiarlo bien pues tienen un contacto directo con la tierra y podrían contener residuos.

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