Las hojas de las plantas se deben limpiar para que la planta pueda respirar especialmente cuando están sucias de polvo o de la misma contaminación del aire. Si una hoja está muy sucia ello reduce sensiblemente la cantidad de luz que recibe la planta. La clorofila ya no se produce o desaparece, las hojas amarillean y el crecimiento se ralentiza. Es importante limpiar las hojas de modo regular (mínimo 2 veces al mes). Es aconsejable utilizar agua con poca cal ya que el agua calcárea deja al secarse unos cercos que pueden dar un aspecto sucio. Muchas plantas no se pueden limpiar ya que están situadas en un lugar de la casa exterior (balcón con techo)o interior donde no reciben el agua de lluvia.
¿Como limpiarlas?
-Si podemos mover la planta:
Lo más fácil y rápido es limpiarlas con un buen choro de agua de la manguera o en la misma ducha de casa. Un sistema fácil para trasladarlas es con un patinete o monopatín o con un carrito de la compra sin la bolsa.
-Si no podemos mover la planta por su gran peso:
. Si están muy sucias: Podemos limpiarlas con gel. Diluir una cucharada de gel de ducha en un litro de agua. Después rociar la planta entera con esta mezcla y a continuación con ayuda de una regadora regarla muy bien con agua limpia. Es aconsejable tapar el sustrato con una bolsa de plástico para que el jabón no profundice en la tierra o tumbar la planta para que el jabón solo vaya a parar a las hojas.
. Si están sucias: Con un pulverizador con agua. La suciedad de la hoja caerá al suelo.
Para limpiar hojas bien grandes: utilizar una esponja impregnada de cerveza con agua (no importa la relación de agua-cerveza) y después secarlas con un trapo.
La limpieza de saneamiento es muy importante, debemos eliminar hojas secas, amarillas, flores marchitas, ramas secas y débiles. La planta pierde energía manteniendo estas partes de la planta en mal estado, si las eliminamos la planta desviará su energía a la parte sana de la planta.