Altea, Rosa de Siria y Hibiscus syriacus.
Existen más de 150 especies de hibiscos, que crecen de forma natural por las regiones tropicales y subtropicales del planeta, pero además se han conseguido variedades muy vistosas para su uso en jardinería, com el caso de la Altea.
Apreciada por su floración, por su fortaleza y por las infusiones de sus flores. Las flores del hibisco se toman en una infusión sabrosa y refrescante que recibe el nombre de té de carcadé, té rojo (por el color que toma), té de romaza o también té chino. El hibisco contiene abundantes ácidos orgánicos, como el ácido hibísico, málico y tartárico, además de mucílagos, fitosteroles y pectina, y se considera una fuente privilegiada de vitamina C. Destaca por sus virtudes vitamínicas, aperitivas, digestivas y laxantes. El más consumido es el (Hibiscus sabdariffa L.),
La altea es un arbusto o arbolillo muy apreciso por su esplendiada floración: Flores que van desde el violeta al blanco pasando por el rojo, con dibujos púrpuras o rojos en el centro. En buenas condiciones puede florecer desde verano hasta otoño.
Es de hoja caduca. Puede alcanzar los 3 metros de altura.
También es apreciado por su gran sostenibilidad, se trata de una planta todo terreno pues aguanta: el calor y el frío ideal para clima mediterráneo y continental. Prefiere una exposición soleada aunque aguanta la sombra. Muy tolerante a la sequía. No es exigente con el tipo de tierra.