Con la familia de los arces (árboles y arbustos) se consigue, con su follaje y/o bien con sus tallos y cortezas ornamentales una fiesta de colores . El momento quizá de máximo esplendor es en otoño con el lustroso color de las hojas de los arces japoneses ( amarillos, rojos, verdes, morados, carmesí…) pero también en primavera y el resto del año.
¿Y que es lo que vuele locos a los coleccionistas? A parte de su gran belleza, es su enorme versatilidad con las hojas, flores, inflorescencias y frutos!!!
Hay arces ideales para un gran jardín, otros más adecuados para uno de pequeño como los más deseados, los japoneses, e incluso se adaptan perfectamente en una maceta y muchos también como bonsáis!! Así como hay un arce para diversidad de climas.
Pero que su belleza no te deje escoger el menos adecuado para tu clima y situación medioambiental. Los japoneses enamoran pero no son adecuados para un clima mediterráneo pues el calor intenso reseca su follaje, aunque siempre pueden haber excepciones de sitios en concreto donde se podrían adaptar. Los japoneses así como otros arces necesitan más humedad y más frío. Muchos propios de la península ibérica, también son de gran belleza, lucen también tonalidades que varían de doradas a rojas y en cambio soportan el calor y la sequedad ambiental.
Te citamos los que se adaptan a un clima mediterráneo: acer monspessulanum, acer campestre, acer negundo ( elegans, variegatum, aureo-marginatum, flamingo.), acer pseudoplatanus ( hay variedades como Atropurpureum’ y la ‘Rubrum’ de precioso follaje rojizo ) ., acer platanoides, acer opalus…
Los arces de clima mediterráneo necesitan: terrenos húmedos, tierras profundas, sueltas, no compactadas.
Los que no son de clima mediterráneo: un clima frío y húmedo, aguas libres de cal y sales y tierras y aguas neutras y ácidas. Exposición: sombra o el sol de primera y/o ultima de la tarde. Agradecen suelos arcillosos y arenosos con excelente drenaje para que el agua no se encharque.
