Uno de los problemas más comunes en los árboles de gran parte de nuestro territorio son las podas abusivas que sufren, algunas sin objetivo y sin sentido, lo que les genera graves problemas sanitarios y estructurales. Muchos de los árboles reiteradamente podados de forma salvaje son auténticos cadáveres en pie. Aparentemente vivos por el exterior (corteza, ramas, hojas) pero el interior del tronco, el “corazón” puede estar totalmente podrido. Estos árboles envejecen muy prematuramente pues no son capaces de cicatrizar las enormes heridas efectuadas en grandes tallos o ramas grandes. Dichas cicatrices no sanan en años y lentamente pero sin pausa causan la muerte del árbol. A menudo según especies y según la poda serán necesarios entre 25/40 para que muera el árbol
Es necesario cruzar la frontera de los Pirineos para observar la salud, altura, el esplendor de los árboles franceses, siempre podados con normas que impiden lo que aquí tanto adolecemos.